Bueno, pues como todo lo bueno se acaba y no hay mal que cien años dure (dependiendo, en cada caso, de cómo hayan ido los días de asueto, yo ya os contaré) aquí estamos de nuevo para retomar la actividad laboral con más ganas que nunca (juasjuasjuas).
Después de un mes de total desconexión, aunque he de reconocer que de vez en cuando echaba un vistazo furtivo a la web de mi medio (¿es grave doctor?), vuelvo a colocar los dedos en el teclado, la espalda recta, los pies ergonómicamente emplazados en el suelo.... pero no consigo traer de vuelta la cabeza, que anda aún perdida por las verdes extensiones de las bucólicas tierras del norte. Aunque no obstante, y teniendo en cuenta lo que falta por llegar, he de reconocer que la vuelta ha sido más dulce y liviana de lo que esperaba, buena forma de retomar el pulso, la verdad.
Todo suena a fiestas patronales, encierros, balones de oro, pregones, balances (siempre positivos, que curiosa casualidad) y, por supuesto, a Cristian Gálvez, al que ni siquiera hemos podido perder de vista viendo los Juegos de Pekín (que pesao, madre de dios).
Pues bien, que a falta de que esto eche definitivamente a rodar, os saludo a todos y todas y os deseo, a los que aún no os habéis reincorporado, que os aburráis mucho en los días que os quedan de vacaciones :D
Bienvenidos de nuevo
