martes, 10 de febrero de 2009


Señoras y señores, amigos todos:

Después de casi cuatro meses de ausencia y de tener bastente olvidada mi actividad blogística por razones que muchos ya sabéis, vuelvo de nuevo a sacar unos minutos de mi apretada agenda para retomar algo que nunca debería haber dejado, aunque seáis cuatro los que me leéis :p

Y es que ante casos como el acontecido esta semana en Móstoles uno no puede resistirse a comentar, porque el esperpento de Valle-Inclán se queda corto para definir lo que estamos viendo en los últimos días. Y no se trata de enjuiciar si las acusaciones sobre agresión son infundadas o no, ahí no voy a entrar porque sólo los presentes lo saben. Se trata de analizar qué diantres está pasando para que personajes públicos como el señor Parro y la señora Martín utilicen a los medios en sus afrentas particulares con el único fin de "hacernos partícipes" de una polémica que hoy ha superado ya lo meramente político.
Ayer tuve la ocasión de hablar con Paz Martín, quien con voz compungida me relataba el suceso. En ningún caso me habó de lesiones, ni de dolor, ni de "falta de movilidad", únicamente del "susto" y del comportamiento del alcalde. Hoy la vemos todos, con los ojos como platos, portando un brazo en cabestrillo y aportando un informe médico que, dicho sea de paso, todo sabemos muy bien cómo se puede obtener. Por dios, un simple manotazo, como ella misma lo definió, no causa ningún tipo de lesiones (a no ser que sea en salvas sean las partes). ¿Nos toman por imbéciles?

Pero lo que me resulta más lamentable de toda esta historia es que se intente hacer uso, por un lado y otro, de un hecho de estas características para confundir a la opinión pública y buscar el descrédito del rival, arañando votos, echando más leña al fuego y judicalizando una vez más asuntos de la vida política.

Ante esta situación, la pregunta es clara: ¿Dónde narices se esconde Parro?. Que el alcalde es poco dado a proyectarse públicamente (salvo que pueda salir en la foto con Casillas o con alguna otra vecina que le pueda ser de utilidad) es más que sabido, pero que ante un suceso de esta magnitud, sea o no cierta la agresión, se esconda y mande al paredón a su portavoz o a las ediles populares al completo, no tiene nombre.

En fin, retomo la actividad bloggera (lo sé lo sé, siempre digo lo mismo) con un tema que me ha enervado y que, tristemente, intuyo que no terminará aquí.

Saludos y bienvenidos de nuevo.