Bueno, punto y aparte al manido tema del Hospital de Móstoles. Los trabajadores han conseguido, diga lo que diga la dirección, echar a patadas al gerente, aunque evidentemente esto no es más que una maniobra de despiste y una huida hacia adelante de la consejería de nuestro "amigo" Güemes, que ya ha colocado en el sillón a una persona del mismo corte que su predecesor.
Sin embargo, no es mi intención hablar de esto aquí y ahora, que para eso ya tenéis El Buzón (diez centimos por cada click a la buchaca :P), sino comentar la situación valleinclanesca (por no repetir lo de esperpéntica, ¿valleinclanesca existe?) que vivimos el viernes pasado en la gerencia del hospital. Los allí presentes vivimos un episodio lamentable, en mi opinión, protagonizado por un fotografo "de la vieja escuela", como él mismo se autodefine, quien ni corto ni perezoso se marcó un speech reivindicativo ante los presentes totalmente indignado por no permitirle hacer uso de su cámara ante la atónita mirada de los que allí nos encontrábamos. Evidentemente la "petición" de los seguratas y de la jefa de prensa fue desacertada, pero el amigo reportero gráfico aprovechó la ocasión ante un público fácil para arrancar una gran ovación que, a mi al menos, me resulto vergonzosa.
La otra parte de la historia la protagonizó la jefa de prensa del hospital, la cual totalmente desbordada por la presencia "imprevista" de medios de comunicación nos deleitó con una frase con la que no me voy a cebar por respeto a Pablo :P.
Nuestra amiga, de quien en su descargo hay que decir que en otras ocasiones ha sido muy solícita, nos sorprendió a todos con un "os saludo porque es mi obligación" que nos dejó de piedra. Desde aquí un aviso a navegantes. Por favor, que nadie me salude ni me dé dos besos por obligación :P