miércoles, 6 de octubre de 2010

Elecciones 2011: pereza absoluta

Ya paso de anunciar a bombo y platillo mi vuelta a la actividad blogística. Paso ampliamente de prometer actualizaciones frecuentes porque ya digo de antemano que no lo pienso cumplir. Mi último post fue en febrero de este año y desde entonces han pasado y han cambiado muchas cosas, y muchas otras que van a pasar y cambiar, así que ante la previsión de un futuro inmediato plagado de insomnios, pañales y dolores de cabeza (espero que esto sea sólo la parte negativa y no la tónica) no me atrevo a prometer continuidad.

He estado un rato dándole vueltas para intentar encontrar la "cara amable" de las Primarias. Pues nada oye, que no la encuentro. El proceso me ha parecido lamentable, como me lo han parecido las reacciones después de la victoria de Gómez. Yo no voy a exponer aquí mis conclusiones porque a nadie le interesan y ya está todo dicho, pero vaya por delante que, desde el prisma periodístico local, creo que somos muchos los que nos hemos "alegrado" de la victoria de Tomás porque representa, de alguna manera, la victoria de la modestia y el trabajo por encima de la prepotencia y la superioridad mal entendida. De cualquier forma, es más que previsible que se la pegue en mayo contra el muro de Aguirre, y dios (o quien sea) quiera que me equivoque, porque ya tengo echado el ojo a una islita irlandesa a la que pienso fugarme con mi hija si Aguirre y Rajoy nos gobiernan en la próxima legislatura. Que dios (o quien sea) nos pille confesaos.

Finalizadas las primarias, llega la calma que precede a la verdadera tempestad: las elecciones de 2011. Pereza total y absoluta. La desazón y el hastío me impiden ser objetivo con las precampañas, las campañas y los comicios, pero es que aún tengo recientes las de 2007, con jornadas maratonianas escuchando mítines y sandeces aquí y allá, pegadas de carteles, seguimientos electorales…. Un coñazo vaya. Alguien debería pararse y pensar en la legión de profesionales (ahora menos, pero en fin) que nos vemos obligados a ir detrás de la clase política bolígrafo en mano y armados de paciencia para completar jornadas laborales de 10 horas sin gratificación alguna. Pero no, pa qué, si nosotros estamos aquí para eso. Algunos (los menos) hemos pasado cinco años de facultad para terminar de esta manera, y encima tenemos que sentirnos afortunados, porque las colas del Servicio Regional de Empleo (antiguo INEM) están plagadas de gente que nos "envidia".

Si sobrevivo a los próximos 7 meses prometo ser más positivo, prometo recuperar la fe en la profesión y prometo no volver a dar el coñazo con mis quejas y lamentos. Hasta entonces, nos leemos….

No hay comentarios: