domingo, 28 de noviembre de 2010

Descansa en paz

Cuando hace un par de semanas aparqué momentáneamente mi actividad nunca pensé que la retomaría de esta manera. Pensé que volvería a este mi espacio personal para plasmar mis andanzas paternales, para presumir de pedazo de hija que tengo y para mostrar todo mi orgullo como progenitor primerizo.

Esta mañana, sin embargo, he amanecido con una triste noticia, una de esas que te remueven por dentro y te obligan a replantearte tu existencia, tus anhelos y angustias y si realmente merece la pena la clase de vida que lleva uno. Una persona muy querida en otro tiempo ha fallecido con sólo 31 años víctima de una neumonía. Pude compartir con ella momentos muy especiales, una breve pero intensa historia de amor que derivó en una íntima amistad y que, por avatares del destino, teníamos muy abandonada últimamente.

Aún no termino de creerme que se haya ido, que ya nunca más podamos deleitarnos con su vitalidad y con esa fortaleza que le hizo superar las dificultades que le fue planteando la vida. Ya nunca más volveremos a Benidorm, donde comenzó todo, ni a mantener esas emotivas charlas a través de una pantalla de ordenador que nos hicieron íntimos. Recuerdo esos encuentros en un frío anden de Atocha cuando ambos volvíamos de trabajar. Recuerdo una noche en Madrid y la fascinación en sus ojos mientras veíamos "La bella y la bestia". Recuerdo un sinfín de fotografías con un denominador común: su sonrisa, esa que se ha apagado para siempre con esta crueldad infinita.

Estés donde estés, no pierdas nunca la sonrisa. Nosotros la guardamos en lo más profundo de nuestro corazón. Descansa en paz, Marta...

No hay comentarios: